Colombo Álvaro

Álvaro Martín Colombo nació el 11 de noviembre de 1954. Delegado sindical y estudiante de abogacía, fue secuestrado el 19 de noviembre de 1976, con 23 años recién cumplidos, y desaparecido desde entonces.

Hasta hoy 

Esa desesperación sorda,
que nunca estalla.
Esa angustia cotidiana,
agridulce.
Que nos va penetrando
en la sangre
nos engaña envenenándola.
Ráfagas de plenitud,
fulgores,
solo fulgores (preanuncian tal vez la gran llamarada).
Anhelos y sueños,
tejidos.
Sin esperanzas
ni sufrimientos.
Autoindulgencia.
Ese juego sutil
del combate interior
de engañarse y engañarnos.
Egoísmo.
Anhelos y sequedad.
Crispaciones
Hasta hoy.
De aquí en más,
el camino es oscuro
a nuestras espaldas
ante nosotros también.
Pero tenemos ya
una luz
una antorcha
la tea que nos ilumine
seremos nosotros mismos 

***

Deshilvano despacio
los hilos
de tu alma
desbrozo la hierba
de una senda
ya sin retorno.
Me miro en tus ojos.
El rumor de tu voz,
el viento de tu sonrisa
es el agua
que me lleva.
Navego tu cauce
ya no forastero, ya no intruso.
Cada vez menos
peregrino.

***

Noche sin luna
la traición y la vergüenza cabalgan
cabalgan tu geografía
cabalgan con negras riendas.
Hondo dolor,
hondo y oscuro.
Sangre de nuestra sangre
asesinada, escarnecida.
Te acechan y te cercan
los mil rostros de la infamia.
Nosotros te somos fieles,
te asimos, fragmentada,
en el rumor de
las calladas multitudes,
en la fragua subterránea,
nunca silenciada,
de la idea.
Llenando ancha y triste
nuestras noches de vigilia.
Irrumpes gota a gota
en nuestras vidas.
Dejas para siempre
la marca indeleble de tu cruz
en la puerta de nuestras casas.
Madre de todo el sufrimiento
madre amantísima, carnicera,
lentamente a tu altar vamos ofrendando todo
para seguirte intuyendo,
no soñada,
sí ofendida;
humillada en todos los idiomas,
fusilada en toda tu belleza dispersada y deshecha,
pero entera
agotada, no vencida.
Para poderte abrazar,
hecha pueblo,
un segundo alguna vez.
Patria.

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